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Este ejército es la esperanza de China y de Asia

Agnes Smedley, una corresponsal de guerra de Estados Unidos

En la biblioteca de la Universidad Estatal de Arizona se conserva un manuscrito de Agnes Smedley, reconocida periodista estadounidense, que lleva por título:“¿Quiénes y qué son los comunistas chinos?”( “Who + What are Chinese Communists?” ). Esta fue precisamente la pregunta que impulsó a Smedley, escritora, periodista, revolucionaria, feminista e internacionalista, a venir a China a f i nales de 1928 y pasar 12 años en estas tierras. Su legendaria vida estuvo estrechamente relacionada con la revolución china.

En Shanghai, Smedley fue testigo directa de la invasión japonesa y vio cómo el PCCh y el Ejército Rojo tomaron la iniciativa de pedir el fin de la guerra civil y de movilizar al levantado pueblo chino para resistir dicha invasión. En la ciudad de Xi’an, con el apoyo de Zhang Xueliang, Smedley transmitía a diario por radio y en inglés los avances y las negociaciones sobre el Incidente de Xi’an, y dio a conocer los esfuerzos de Zhou Enlai y otros representantes del Comité Central del PCCh por lograr nuevos avances en la promoción de la solidaridad. Sus transmisiones se convirtieron en la única fuente de información para que el público supiera lo que realmente estaba pasando. Con una profunda simpatía por la revolución china, Smedley anhelaba acercarse a Yan’an y al PCCh.

A principios de 1937, después de un largo viaje de tres semanas, Smedley llegó a Yan’an, su lugar añorado. Desde principios de la primavera hasta finales del verano, entrevistó en las cuevas a muchos líderes y o ficiales del PCCh, incluidos Mao Zedong, Zhu De y Peng Dehuai. Por la noche, a menudo trabajaba hasta muy tarde en una vieja máquina de escribir. La entrevista con el comandante Zhu De en su primera noche en Yan’an la impresionó profundamente. Desde entonces, estableció una profunda amistad con Zhu, cuya biografía decidió escribir. Tras el Incidente del 7 de Julio de 1937, Smedley se puso el uniforme del VIII Ejército y se dirigió al frente antijaponés con Zhu De y sus tropas.“Este es un ejército indestructible”, consideró. Con una capacidad de marcha de 200 li por día (unos 110 kilómetros), era probablemente el ejército más veloz del mundo. Estaba, además, muy bien entrenado y era fuerte, unido y disciplinado. Cada hombre sabía exactamente contra qué y por qué luchar.

Antes de dejar la comandancia general del VIII Ejército, Smedley le dijo a Zhu De:“Creo que este ejército es la esperanza de China y de Asia. Su ejército es puro de alma y de propósito”. El casi un año que vivió en Yan’an y las entrevistas con las tropas la ayudaron a encontrar la respuesta que buscaba a la pregunta:“¿Quiénes y qué son los comunistas chinos?”, y la convencieron de que la revolución china solo conseguiría la victoria final bajo el liderazgo del PCCh.

Agnes Smedley escribió que el PCCh tenía un fuerte compromiso con la nación, la familia y la patria:“Se preocupa mucho por los intereses de todo el país y de toda la nación”. Los líderes del PCCh eran grandes soldados, patriotas y comunistas, pero eran también humildes.“Soy un simple campesino, un integrante más del Ejército Rojo de Obreros y Campesinos de China”, dijo uno de ellos. De hecho, el PCCh provenía del pueblo y representaba sus intereses.“Viene de las familias obreras y campesinas que constituyen el noventa por ciento de la población china, y sus miembros entienden que son los únicos en quienes el pueblo puede con fiar”.“Los principios encarnados en el corazón del VIII Ejército sirven también para guiar a China y salvarla; al mismo tiempo, constituyen el mayor de los impulsos para la liberación de todas las naciones asiáticas sometidas, y darán una nueva vida a la sociedad humana”.

Un escrito a mano de Smedley que dice:“¿Quiénes y qué son los comunistas chinos?”.

Smedley se sintió como en casa en Yan’an, donde era muy popular. Vestía el uniforme del Ejército Rojo, se quedaba con los oficiales y soldados durante el día, y por la noche enseñaba a los soldados a bailar con el gramófono que llevaba. Estaba ansiosa por contribuir a la revolución china. Escribió cartas para invitar a editores y periodistas extranjeros a visitar a Yan’an, y promovió la entrevista a Mao Zedong hecha por Owen Lattimore, editor de la revista estadounidense Pacific Affairs , y otras, las que lograron romper en mayor medida el bloqueo mediático contra el Ejército Rojo.

“Cualquier milagro puede suceder aquí”, manifestó Smedley, quien difundió informes objetivos y veraces con el fin de rendir homenaje a quienes crearon esos milagros. Como ella misma dijo:“La grandeza no es para mí, sino para el PCCh y el pueblo chino. Lo que hago como periodista es transmitir al mundo con sinceridad la información sobre la guerra justa del pueblo chino dirigida por el PCCh, sin exagerar ni denigrar”. 5qeHxKyCfzqrk/q+HoA864iQwQ5XH9m+K2RtbaN+PCCyr2Sc2k2mWNnYMVZum9c4

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