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La causa de China es también la mía

Los sesenta años de Rewi Alley en China

En el camino de la revolución y el desarrollo de China, muchos amigos extranjeros, inspirados por la gran causa del PCCh, vinieron a China tras recorrer miles de kilómetros y dedicaron toda su energía por el bienestar del pueblo chino. Uno de ellos, Rewi Alley, fue un gran combatiente del internacionalismo y un viejo amigo del pueblo chino, además de haber sido el pionero del Movimiento Gung Ho (Cooperativas Industriales) y el fundador de la Escuela Bailie. Sus historias aún se cuentan ampliamente en tierras chinas.

En 1927, Rewi Alley, a punto de cumplir los 30 años, llegó a Shanghai, en China, el misterioso país que ansiaba visitar, tras haber cruzado el océano desde Nueva Zelanda. Ese fue el momento en el que se rompió la primera cooperación entre el Guomindang y el PCCh, y fracasó la Gran Revolución. Alley presenció cómo el pueblo chino sufría la explotación y la represión en la vieja sociedad. En una carta a su familia, Alley escribió:“Aquí debe haber algunos que disfrutan de mucha riqueza, pero aun así la clase obrera –los estratos más bajos de la sociedad– ha de trabajar más duro que los caballos esclavizados”. En los pequeños callejones detrás de algunas fábricas, él llegó incluso a encontrar cadáveres de niños trabajadores envueltos en sacos.

Al presenciar todas estas miserias, Alley decidió incorporarse a la lucha por transformar la sociedad china. En 1932, por encargo de la Sociedad de las Naciones, Alley llegó solo a Wuhan para apoyar la lucha contra las inundaciones y las labores de socorro ante las calamidades naturales. Allí vio cómo los reaccionarios del Guomindang saqueaban al pueblo y amasaban colosales fortunas en nombre del alivio ante desastres, mientras que en la zona de los soviets del lago Honghu dirigida por el PCCh, el ejército y el pueblo trabajaban solidariamente para superar las calamidades. Los enormes contrastes conmovieron profundamente a Alley, quien empezó a interesarse en las avanzadas ideas comunistas y hacerse amigos de los comunistas y otras personalidades progresistas. En ese mismo periodo, instaló una emisora secreta y escribió artículos anónimos para compartir con el mundo la inflexible lucha del PCCh y el Ejército Rojo de Obreros y Campesinos. En desafío a la muerte, ayudó a organizar colectas de armas y municiones y a entregarlas al Ejército Rojo, y protegió a Chen Hansheng, Liu Ding y otros miembros del PCCh y del frente secreto de la cacería del Guomindang. Alley estaba convencido de que solo el PCCh podía salvar a las masas trabajadoras chinas.

Durante la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa, China perdió grandes extensiones de territorio nacional, innumerables personas se quedaron sin empleo y el sistema industrial del país estuvo al borde del colapso. En 1938, Alley y los patriotas chinos crearon la Asociación de Cooperativas Industriales de China e inició el Movimiento Gung Ho, cuyo objetivo era organizar a los trabajadores desempleados y refugiados para apoyar al ejército chino mediante el aumento de la producción de bienes manufacturados. A fin de promover esta causa, Alley abandonó su cómoda vida en Shanghai y recorrió, a pie o en bicicleta, más de 30.000 kilómetros a través de 16 provincias. Fue un viaje arriesgado lleno de penalidades: bombardeos, accidentes de tráfico, enfermedades, persecuciones y traiciones, pero Alley nunca flaqueó en su determinación.

Gracias a sus esfuerzos, un gran número de cooperativas industriales se desarrollaron vigorosamente. Según las estadísticas, entre 1939 y 1942 surgieron en China más de 3.000 cooperativas industriales, las cuales crearon más de 300.000 puestos de trabajo, proporcionaron una gran asistencia material y personal para las batallas en el frente, e inspiraron enormemente al ejército y al pueblo chinos.

Rewi Alley explica el motor de combustión interna a alumnos de la Escuela Bailie, en 1942.

Durante el Movimiento Gung Ho, Alley se dio cuenta de la necesidad de proporcionar una capacitación bien organizada y planificada para preparar talentos técnicos y personas diestras en gestión. En este sentido, la formación profesional era una tarea urgente. En 1942, junto con el periodista británico George Hogg, fundó la Escuela Politécnica Bailie en Shuangshipu, provincia de Shaanxi (la cual se trasladó en 1944 al distrito de Shandan, provincia de Gansu).“Bailie”, o“Peili”en chino, significa“cultivar talentos para el amanecer de China”. Alley esperaba que esta escuela pudiera formar talentos técnicos que la revolución china necesitaba urgentemente. Con esta gran aspiración, Alley superó las dificultades que le plantearon la escasez de materiales y la presión ejercida por el Guomindang, y dedicó toda su energía al desarrollo de la escuela.

Alley no se casó. No obstante, adoptó a muchos hijos de familias pobres y de los revolucionarios, a quienes educó y enseñó para que fueran personas útiles a la sociedad. Alley llamaba a sus hijos“los que saludaban el alba”y les animaba a trabajar arduamente por una nueva China. Un alumno de la Escuela Bailie lo recordó así:“Para nosotros, Alley fue un padre más que un gran hombre”.

Tras la fundación de la República Popular China, Alley continuó escribiendo, inyectando en la punta de su pluma todo su amor y comprensión de China, a fin de que el mundo conociera más al país. Sobre la base de la información presencial y oída durante su estancia en China y otros países, escribió más de 70 libros. En Seis americanos en China ( Six Americans in China ) presentó las contribuciones hechas a la revolución china por Agnes Smedley, Anna Louise Strong, Edgar Snow, Evans Fordyce Carlson, Joseph Stilwell y Shafick George Hatem. En otro libro, Algunos nuevos y antiguos hornos de cerámica en China ( Some Pottery Kilns Old and New in China ), Alley compartió lo aprendido sobre cerámica y porcelana chinas en décadas de investigación. También se dedicó a la traducción de muchos poemas chinos antiguos, al recopilar obras como Los dieciocho lamentos ( The Eighteen Laments ), Poemas seleccionados de las dinastías Tang y Song ( Selected Poems of the Tang and Song Dynasties ), Li Pai: 200 poemas seleccionados ( Li Pai: 200 Selected Poems ), Bai Juyi: 200 poemas seleccionados ( Bai Juyi: 200 Selected Poems ), entre otras. Entre los poetas chinos, Alley admiraba más a Du Fu, pues creía que este siempre tuvo en cuenta al resto del mundo y al pueblo.

En diciembre de 1987, Rewi Alley falleció a la edad de 90 años en Beijing. Llegó a pasar dos tercios de su vida en China. Durante los duros años de la guerra y la revolución y el periodo de la construcción socialista, Alley siempre estuvo al lado del PCCh con una firmeza inalterable, ganándose el respeto y la estima del pueblo chino.

Como mencionó el presidente Xi Jinping:“Rewi Alley pasó 60 años viviendo y trabajando en China. Compartió las tempestades en un mismo barco con el pueblo chino y ayudó a construir un puente de amistad entre los pueblos de China y Nueva Zelanda. El Comité Internacional para la Promoción de las Cooperativas Industriales de China, creado por iniciativa de Rewi Alley, Soong Ching-Ling y Edgar Snow, hizo una gran contribución a la revolución y la construcción socialista de China”.

La vida de Alley puede ser bien resumida en sus propias palabras:“China me brindó un propósito en la vida y una causa por la que siempre estaré dispuesto a luchar. Todo esto reviste un significado de tan largo alcance que no hay nada más valioso que yo tenga”. CdG0yHSe0OWpDGhnhx79vhy1rycWIyJ0Gzrf/jikDkeDK68UJ4TFi/aCgvcexpbR

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