Historias de los comunistas chinos en la última carta de Norman Bethune
“Estimado comandante Nie:
Me siento muy mal hoy. Tal vez me despida de usted para siempre. Todavía tengo mucho que contar a los camaradas, pero temo no poder seguir escribiendo. Les extiendo mi más sincero agradecimiento a usted y a todos los queridos camaradas”.
El 11 de noviembre de 1939, el doctor Norman Bethune escribió su última carta a Nie Rongzhen, comandante de la Zona Militar de Shanxi-Chahar-Hebei. A la madrugada siguiente, este gran combatiente del internacionalismo, miembro del Partido Comunista de Canadá y prestigioso cirujano torácico, falleció a los 49 años de edad.
Aunque solo estuvo menos de dos años en China, Bethune escribió en su última carta:“Esos dos años han sido los más felices y significativos de mi vida”.
El doctor Bethune llegó a China en enero de 1938 con el apoyo del Comité Internacional de Ayuda a China, el Partido Comunista de Canadá y el de Estados Unidos. Tras haber recorrido largas distancias en barco, avión, tren, vagón de mulas y camión, y escapado de los bombardeos de la aviación enemiga en varias ocasiones, llegó finalmente a Yan’an, el lugar sagrado de la revolución china, a finales de marzo. El camarada Mao Zedong, líder del PCCh, se reunió con él al día siguiente. Era la primera vez que el doctor Bethune veía a Mao, quien era considerado una leyenda por el mundo occidental. Le sorprendió la sencillez con la que vestía Mao Zedong: con un traje negro acolchado, remendado en las mangas y las rodillas, y con un par de zapatos acolchados igual a los de un simple soldado del VIII Ejército. Mantuvieron una larga conversación sobre China y el mundo, sobre el frente y la retaguardia, y sobre asuntos militares y de salud. Fue una charla tan libre que varias horas pasaron desapercibidamente.
Ya era de noche cuando el doctor Bethune se despidió de la cueva de Mao Zedong en la montaña Fenghuang. En su diario, Bethune describió así aquel encuentro:“Me senté frente a Mao Zedong en una habitación sin muebles. Sus opiniones con aplomo me recordaron la Gran Marcha, en la que Mao Zedong y Zhu De dirigieron al Ejército Rojo en una penosa marcha de 25.000 li (unos 12.500 kilómetros), desde el sur de China hasta la región de loess en las montañas del noroeste. La experiencia estratégica acumulada durante esos años les ayudó a dar forma a la guerra de guerrillas contra el ejército japonés, lo cual puso en desventaja las armas avanzadas de los invasores y logró salvar a China. Ahora entiendo por qué Mao Zedong impresiona a la gente con la que se reúne.Él es un gigante, uno de los más grandiosos del mundo”.
Durante esa reunión, Mao Zedong estuvo de acuerdo con la petición del doctor Bethune de ir al frente para salvar a más soldados. En los dos meses siguientes, luego de atravesar la montaña Taihang y el río Huanghe, y superar el bloqueo enemigo, Bethune llegó a la Zona Militar de Shanxi-Chahar-Hebei.
El comandante Nie Rongzhen le dio una calurosa bienvenida y lo invitó a servir como asesor médico de la región militar. Durante su estadía allá, conoció a muchas personas y consiguió hacer muchas cosas. Ye Qingshan, ministro de Salud Pública; You Shenghua, viceministro de Salud Pública; Lin Jinliang, director del hospital de la retaguardia del ejército, y muchos otros trabajaron con el doctor Bethune y fueron testigos de ese episodio en su vida. A la vez, el doctor Bethune quedó muy impresionado y emocionado por la interacción con ellos. En una carta dirigida a un amigo, el doctor Bethune le contó que había encontrado camaradas con verdadera humanidad. Según él, los miembros del PCCh conocían muy bien la benevolencia por la gran crueldad que habían sufrido, sonreían a pesar de tanto rigor, y se mantenían resistentes, optimistas y con sabiduría aun sufriendo un sinfín de miserias.
En junio de 1938, el director Lin Jinliang lo llevó a una sala de operaciones del hospital de retaguardia situada en una escuela primaria. Tenían instrumentos quirúrgicos simples como tijeras, hemóstatos, escalpelos y una herramienta de amputación adaptada de una sierra de carpintero. Lin le dijo:“Es todo lo que tenemos”. Las condiciones eran más deficientes y duras de lo que había imaginado el doctor Bethune, quien recogió y contempló los instrumentos uno por uno. No pudo evitar tomar las manos del director Lin y decirle emocionado:“Es realmente extraordinario que trabajen en condiciones tan duras. Aunque el PCCh no dispone de armas bien equipadas, cuenta con luchadores revolucionarios fogueados en la Gran Marcha. Con ellos, tenemos todo”. Más tarde, en la ceremonia de inauguración del hospital modelo construido bajo su dirección, expresó a los comunistas chinos:“Les agradezco por enseñarme el espíritu de devoción desinteresada, de cooperación y de lucha ardua, puesto que todo me proporciona un aleccionamiento”.
El doctor Bethune no tardó mucho tiempo en poner en práctica en el hospital la técnica de transfusión de sangre que había manejado con habilidad en los campos de batalla en España, lo cual era inimaginable en un hospital de campaña. Un día, el ministro Ye Qingshan se arremangó y se convirtió en el primer donante de sangre en la historia de la cirugía de campo del VIII Ejército. En los siguientes cuatro meses, Ye hizo otras dos donaciones de sangre. El doctor Bethune dijo con admiración:“He estado en muchos lugares del mundo, pero nunca he visto un hombre tan noble como él”. Posteriormente, las autoridades sanitarias establecieron una brigada de transfusión de sangre, que sirvió para salvar la vida de los heridos. Según el doctor Bethune, este nuevo enfoque fue“una gran iniciativa pionera en la historia de la cirugía”.
El doctor Bethune en una operación quirúrgica.
En vista de la escasa movilidad del hospital de retaguardia, el doctor Bethune consideró que era necesario poner la sala de operaciones cerca del frente para salvar a los heridos de manera oportuna y eficaz. Con base en su propuesta, se estableció un equipo de cirugía de campo. Junto con el doctor Bethune, el viceministro You Shenghua dirigió al equipo a recorrer todas las subzonas del frente en la Región Limítrofe Shanxi-Chahar-Hebei para rescatar a los heridos. Durante cuatro meses, ellos cubrieron 750 kilómetros, practicaron más de 300 operaciones, establecieron 13 quirófanos y estaciones de vendaje, lo que permitió tratar y salvar a un gran número de soldados heridos. You Shenghua, como asistente del doctor Bethune, fue adquiriendo habilidades cada vez más relevantes, por lo que, según el doctor Bethune, era su cirujano favorito.
Más de un año después, el extranjero Bethune ya se había convertido en el respetado doctor Bethune a los ojos del ejército y la población de la región limítrofe. Tenía un aspecto diferente, pero dedicaba la misma ternura y paciencia a los soldados heridos. Nadie esperaba que este hombre valiente, desinteresado, brillante y noble falleciera tan pronto.
En julio de 1939, debido al bloqueo japonés, hubo una grave escasez de medicamentos e instrumentos médicos en la región limítrofe. Ante esta situación, el doctor Bethune decidió volver a Canadá para recaudar dinero, medicamentos e instrumentos, así como para contarle a todo el mundo sobre la guerra de resistencia de China y denunciar las atrocidades de las tropas japonesas. En octubre, justo antes de su partida, los agresores japoneses lanzaron otra campaña de“limpieza”a gran escala. El doctor Bethune decidió quedarse y le dijo a Nie Rongzhen:“No puedo dejar al ejército en medio de la batalla. Emprenderé mi viaje cuando la batalla haya terminado”.
El doctor Bethune dirigió al equipo médico al frente de la montaña Motian, en el poblado de Luanyuan, y allá instalaron una sala de operaciones en un pequeño templo de la aldea de Sunjiazhuang, cerca del campo de batalla. Una tarde, cuando realizaba una operación, se lesionó el dedo medio de la mano izquierda y tuvo una inflamación local. El 1 de noviembre, mientras trataba a un paciente con complicaciones por erisipela y celulitis infecciosa en el cuello, su dedo herido se infectó con bacterias mortales que se extendieron rápidamente por su cuerpo, lo que le causó una fiebre alta persistente. No obstante, el doctor Bethune insistió en seguir trabajando en el frente. A pesar del insoportable dolor, completó 13 operaciones y escribió el programa de un curso sobre el tratamiento de la malaria. Tras repetidas órdenes de Nie Rongzhen, el doctor Bethune accedió finalmente a regresar al hospital de retaguardia para recibir tratamiento; no obstante, la infección ya se había convertido en septicemia y tenía el brazo izquierdo de color negro. Ya no había opciones para salvarlo.
En la madrugada del 12 de noviembre de 1939, el doctor Bethune falleció en la aldea de Huangshikou, en el distrito de Tangxian, provincia de Hebei. Su fallecimiento fue motivo de gran duelo en el ejército y la población de la Región Limítrofe Shanxi-Chahar-Hebei. El día 17, los organismos dirigentes partidarios, gubernamentales y militares, así como la población local, celebraron un solemne funeral en su honor.
El 1 de diciembre, en la reunión de duelo en memoria del doctor Bethune organizada por diversos sectores de Yan’an, Mao Zedong escribió dísticos de pésame. El 21 de diciembre, Mao escribió el artículo“En memoria de Norman Bethune”, en el que señaló:“El camarada Bethune y yo nos vimos una sola vez. Posteriormente, me escribió muchas veces. Pero como yo estaba muy ocupado, solo le escribí una carta y no sé si la recibió. Me siento profundamente apenado por su desaparición. El homenaje que todos rendimos a su memoria demuestra cuán hondamente su espíritu inspira a cada uno de nosotros. Todos debemos aprender de su desinterés absoluto. Quien posea este espíritu puede ser muy útil al pueblo. La capacidad de un hombre puede ser grande o pequeña, pero basta con que tenga este espíritu para que sea un hombre de elevados sentimientos, un hombre íntegro y virtuoso, un hombre exento de intereses triviales, un hombre de provecho para el pueblo”.