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La experiencia del periodista suizo Walter Bosshard en Yan’an
El suizo Walter Bosshard fue un pionero del fotoperiodismo moderno. Filmó un documental mudo en blanco y negro con una cámara de 16 milímetros, en el que presentó lo que vio y experimentó en el camino de Xi’an a Yan’an y después de su llegada a Yan’an. Este precioso video es conservado actualmente en los Archivos de Historia Contemporánea de la ETH de Zúrich (Suiza).
En abril de 1938, Bosshard emprendió su viaje a Yan’an junto con una flota de camiones cargados de suministros del VIII Ejército. La lluvia hizo los caminos fangosos y peligrosos. Escribió:“El camino era tan áspero que teníamos que movernos lentamente. Los camiones no podían evitar resbalar por el terraplén empinado, aun con cadenas en las ruedas. Hubo momentos en que los camiones avanzaban precariamente por el borde del acantilado, y todos estaban sobrecogidos de miedo”. Cuanto más avanzaba la flota de camiones, se veían más pueblos decadentes y con menos cultivos. Justo cuando parecía que habían entrado en una zona yerma, Bosshard vio algo muy especial: grupos de jóvenes chinos en la flor de la vida caminaban por la accidentada ruta. Aunque iban sencillamente vestidos y con un simple equipaje, rebosaban de entusiasmo y esperanza.
A pesar del arduo viaje, Bosshard quedó profundamente impresionado por la hospitalidad del pueblo hacia el Ejército Rojo. Una noche, buscaron refugio en el hogar de un campesino, quien les proporcionó la mejor habitación. En su casa, vieron un papel de color rojo brillante en la pared que decía:“Confiamos en el Ejército Rojo”.
Un fotograma del documental mudo y en blanco y negro Viaje a Yan’an.
Después de seis días de viaje, Bosshard llegó a Yan’an, a la que describió como una ciudad“rodeada de colinas empinadas y un río angosto”, y cuya gente“lleva una vida próspera”. Sus habitantes vivían en cuevas, las cuales también servían como escuela, oficinas y hospital. Sin embargo, las calles estaban siempre limpias. Llevaban trajes remendados, pero muy limpios. Bosshard notó que lo que más valoraba la gente en la base del PCCh era el aprendizaje y la educación. Los soldados estaban aprendiendo a leer y escribir. Ya sea durante la marcha o en sus descansos, los soldados practicaban la escritura en la arena con los dedos o con piedras afiladas para cumplir su tarea del día. De esta manera, el Ejército Rojo logró alfabetizar a todos los soldados. Todos podían leer periódicos, libros simples y folletos. Había, además, muchos universitarios que hablaban francés o inglés confluidez, quienes se reunieron aquí para seguir estudiando, con el anhelo de un futuro radiante porque estaban convencidos de que el PCCh era la esperanza de China para conseguir su independencia nacional.
Bosshard grabó con su cámara todo lo que vio en Yan’an. En una cueva menuda, entrevistó a Mao Zedong para conocer su opinión sobre la prolongada guerra antijaponesa. Mao dijo que la unidad del pueblo chino estaba por encima de todos, incluido el futuro del PCCh. El Guomindang debía cooperar con el PCCh para resistir a los invasores, pues, de lo contrario, China no tendría futuro. Esa era la esperanza de todos los chinos, algo que ningún partido político podía ignorar. Durante la entrevista de tres horas, Mao también explicó cómo veía las condiciones nacionales y cómo el comunismo aumentaría el ingreso y la capacidad adquisitiva de 400 millones de campesinos chinos. Aunque Mao fumaba cigarrillos baratos debido a la escasez material, su sabiduría y confianza iguales a las de un filósofo clásico dejaron una profunda impresión en Bosshard. En realidad, más de 40.000 jóvenes intelectuales fueron a Yan’an durante la guerra antijaponesa. Después de su visita, Bosshard concluyó:“El PCCh ha encendido las esperanzas de muchos jóvenes chinos. Esta generación ha abandonado su pueblo natal y ha encontrado en Yan’an una nueva convicción”.