Un grupo de periodistas chinos y extranjeros desvelaron la verdad sobre la guerra de resistencia en la retaguardia enemiga
En junio de 1944, Yan’an dio la bienvenida a un grupo de invitados especiales: un equipo de 21 periodistas chinos y extranjeros que visitaban el noroeste de China, entre los cuales se encontraban los corresponsales extranjeros Günther Stein, Israel Epstein, Harrison Forman, Maurice Votaw, el padre Cormac Shanahan, así como reporteros de las agencias de noticias en las áreas entonces bajo jurisdicción del Guomindang. Yan’an, una ciudad situada en la meseta de Loess, el misterioso PCCh, así como la poco conocida pero magnífica guerra de resistencia en la retaguardia enemiga, fueron desvelados poco a poco al mundo de forma objetiva y auténtica, a través de los ojos y los artículos de estos reporteros.
Tras el estallido de la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa, el Guomindang aplicó una estricta política para bloquear la información sobre Yan’an y la resistencia del PCCh contra la agresión japonesa.“¿Qué está ocurriendo detrás de la línea de bloqueo? ¿Son tan malos estos comunistas como los pintan las autoridades gubernamentales? ¿Están oprimiendo al pueblo? ¿Qué papel desempeñan o pueden desempeñar en la guerra contra Japón?”. Estas preguntas estaban en la mente de los periodistas extranjeros. En lugar de confiar simplemente en lo que les contaba el Guomindang, ellos creían que valía la pena ver la situación con sus propios ojos y escuchar lo que pasaba con sus propios oídos. Tras superar toda clase de obstáculos impuestos por el gobierno de Nanjing, los periodistas comenzaron su viaje.
Junio de 1944. El equipo de 21 periodistas chinos y extranjeros que visitan el noroeste de China son invitados a una cena en el cuartel general del VIII Ejército en el Huerto de Duraznos de Wangjiaping.
El Comité Central del PCCh concedió una gran importancia a la visita de los reporteros. Zhou Enlai se encargó personalmente de la recepción. Dio instrucciones a todos los departamentos para que preparasen materiales con una visión general de su trabajo, presentasen la situación actual y estuvieran listos para responder cualquier pregunta de los periodistas. Según Zhou, las preguntas que correspondían a cada departamento o entidad, tenían que ser respondidas con claridad y seriedad, sin evasiones ni de modo superficial. Solo presentando materiales detallados y hechos concretos iba a ser posible ganarse la confianza de todos. Zhou Enlai también le recordó al Departamento de Comunicaciones de Yan’an, que era el responsable de la recepción:“La información que se dé a conocer debe estar ajustada a los hechos. Al tiempo que presentamos nuestros logros, también será necesario admitir nuestros errores y carencias, y demostrar que tenemos soluciones para superarlos. No se deben presentar informes falsos o exagerados, ni mucho menos incurrir en falsedades o fraudes”.“Además, debemos hacernos amigos de los periodistas con sinceridad y franqueza”, añadió Zhou. Fue con una actitud desinteresada, franca, abierta y en confianza que los comunistas recibieron a los reporteros.
El 9 de junio de 1944, tras un largo y tortuoso viaje, los periodistas llegaron f i nalmente a Yan’an, donde fueron calurosamente recibidos por los dirigentes del PCCh y personalidades de diversos círculos de la sociedad. Durante más de un mes, el Departamento de Comunicaciones organizó varias visitas a organismos oficiales, escuelas y centros de producción, así como reuniones y entrevistas a héroes, personalidades ejemplares, escritores, artistas y figuras conocidas de todos los sectores sociales. Los periodistas extranjeros quedaron impresionados por la franqueza y sinceridad de los comunistas. Un periodista exclamó:“Tengo total libertad para investigar e ir donde quiera. No hay preguntas que no se puedan hacer ni tampoco hay alguien que se niegue a responder”. En el caso de los periodistas que no conocían nada sobre las zonas liberadas, este viaje les abrió“la puerta a un mundo nuevo”. Lo que vieron era totalmente distinto de lo que les habían contado y esto les impresionó profundamente. Emitieron un gran número de informes, y en ese mes de junio publicaron 30 noticias en las que reconocían el papel del PCCh y sus fuerzas armadas en la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa y criticaban la política anticomunista del Guomindang. Dong Biwu mencionó en un informe que un reportero extranjero le dijo que antes de llegar a Yan’an, pensaba que la publicidad del PCCh era un poco exagerada, pero después de su llegada, se dio cuenta de que estaba lejos de ser suficiente.
Desde la antigüedad, el pueblo chino ha procurado dirigir su mirada al mundo. Del mismo modo, aquel viaje al noroeste de China brindó al mundo la oportunidad de mirar a China.
En la Base de Resistencia Antijaponesa de Jinsui (actualmente el noroeste de Shanxi y Mongolia Interior), los periodistas chinos y extranjeros fueron testigos de una feroz batalla en la que el VIII Ejército eliminó un bastión japonés. Quedaron asombrados y consideraron un milagro que una fortaleza tan protegida fuera derribada sin aviones ni artillería por los soldados. Así se disipó rotundamente la calumnia de que el VIII Ejército“se movía sin rumbo fijo y sin combatir”. Los reporteros extranjeros, al ver las cosas con claridad, escribieron una serie de artículos sobre las hazañas del VIII Ejército frente a la agresión japonesa. Günther Stein escribió un artículo para el periódico estadounidense The Christian Science Monitor en el que describía:“Me quedé atónito al encontrar una nueva sociedad tan vibrante tras el bloqueo. Durante los cinco años de mi estancia en Chongqing, no había escuchado más que calumnias maliciosas sobre el PCCh. Lo que ocurre realmente en Yan’an me ha dejado pasmado”. Maurice Votaw, asesor del departamento de publicidad del Guomindang y reportero estadounidense considerado“políticamente fiable”, también cambió de opinión tras el viaje a Yan’an. En una conferencia de prensa conjunta, reconoció que en el pasado se había opuesto al PCCh y al VIII Ejército, pero que el viaje a Yan’an y al noroeste de Shaanxi le había demostrado que sus puntos de vista habían sido erróneos.
La batalla en la retaguardia enemiga, así como el vínculo emocional entre el Ejército Rojo y el pueblo chino, fueron impresionantes y conmovedores. Cuando el VIII Ejército atacó por sorpresa la ciudad de Fenyang, muchos campesinos acudieron a manifestar su solidaridad, entre ellos, ancianos, abuelas de pies vendados y niños que llevaban como obsequio verduras, frutas, calabazas, té, huevos, etc. La escena impresionó tanto a Harrison Forman que exclamó:“En mis más de diez años de estancia en China, nunca había visto una escena tan cálida y emocionante en la que militares y civiles cooperan y el pueblo expresa su gratitud a los soldados”.“Hace un tiempo me contaron que la gente temía y odiaba al VIII Ejército, pero lo que veo aclara todas esas mentiras”.
Los reporteros quedaron impresionados por la poco conocida guerra de resistencia en la retaguardia enemiga y estaban admirados de la sinceridad de Mao Zedong, quien confirió suma importancia a la visita de los periodistas. Mao se reunió con los reporteros, respondió sus preguntas y mantuvo conversaciones con muchos de ellos. Cuando Forman le preguntó:“¿Por qué se llaman Partido Comunista de China? ¿Por qué no se cambian de nombre a ‘Democracia’, ‘Neodemocracia’ o algo así?”, Mao respondió meneando la cabeza:“No nos importa cómo nos llamen los demás. Si cambiáramos repentinamente de nombre, hay quienes dentro y fuera del país nos acusarían de tratar de ocultar algo. No, no podemos cambiar de nombre, ni nos hace falta hacerlo. Lo importante es el contenido y la práctica, no la etiqueta”. Los hechos son más elocuentes que las palabras y el verdadero metal siempre se forja bajo el fuego incandescente. Con tal firmeza y confianza, cuando Stein le preguntó en qué se basaba para dirigir el gobierno y el ejército, Mao respondió:“Nos basamos en la confianza del pueblo, de los 86 millones de personas bajo la dirección de los gobiernos de distintos niveles en la nueva democracia”.
Mao escribió en un editorial para el diario Jiefang Ribao que“la mayoría de los extranjeros y los chinos en la retaguardia aún no comprenden lo que es realmente el PCCh”.“Sin embargo, los hechos son más elocuentes que las palabras, y la verdad está por encima de todo. Tanto los extranjeros como los chinos tendrán la mirada lúcida tarde o temprano. De hecho, ahora empiezan a saber más sobre nosotros”. El PCCh adquirió visos casi semejantes al amanecer anunciado por el gallo con su canto. Gracias a los informes imparciales de los periodistas,“todos los rumores y calumnias sobre el VIII Ejército fueron desenmascarados por los hechos, por lo que el bloqueo no funcionará”. El genuino PCCh, con su sinceridad, franqueza, apertura y confianza, estaba disipando las nubes oscuras y entrando en el escenario mundial.